¿Para qué sirve un escritor sino para destruir la literatura?
Julio Cortázar
Uno se acostumbra a cualquier cosa.
Yo, por ejemplo, me estoy acostumbrando a que mis personajes se suiciden.
No solo las tramas, porque al fin y al cabo esto es algo bastante normal en ellas. O bien el puño del escritor las aplasta ni bien presiente que estas molestan un poco, o se pierden en los caminos de un argumento mal logrado.
Me refiero, sin embargo, a otra clase de suicidio. A otra clase de muerte.
Muchas veces lo hicieron mis obras en lo pragmático, apoyadas en el borde de la mesa, se precipitaban al suelo inexplicablemente y morían. Cuando las levantaba, lo único que quedaba por hacer era un minuto de silencio. Por supuesto yo les tomo el pulso con todo cariño, intento darles respiración puño a letra, pero no hay caso, se van, se van…
Pero lo más preocupante a pesar de ser lo más común siempre fueron los personajes, y cuando un personaje muere, amigos, créanme que no se recupera más, ni él ni la novela.
Primero fue X, el personaje de una novela que había empezado en un día lluvioso mientras pensaba que nada tenía verdaderamente sentido. La historia iba bien, la trama era convincente, en un momento me paré y fui a preparar café, cuando volví, X ya no estaba entre nosotros. Todo por descuidarlo un momento, por no prestar atención como debía.
Resulta que X vivía en Constitución, en un departamentucho pobre que se caía a pedazos porque era okupa. Tenía problemas con su novia y no conseguía todo el grass que hubiera necesitado para ser feliz. Tenía esa magia propia de los caracteres con duende, era interesante y semiculto, era lindo, tenía todo para convertirse en un buen heredero de algún personaje de Arlt, pero no va que agarra y se me muere en la página sesenta y cinco. Así nomás, luego de una corta agonía por sobredosis y antes de poder estrenar su personalidad peculiar ante los ojos de alguien más.
Supongo que esto se debió a que X no era más que un borrador de alguna mejor idea.Tras la muerte de X me preocupé por que la tinta no se detuviera y comencé a modelar en barro de letras el tótem de otro personaje que perfilaba interesante. Era Susy, rubia teñida, nerviosa y kitch, toda una Chica Almodóvar, pensé semi orgullosa. Le di vida, caminó con sus tacos altos y fumando por unas cuantas páginas. Me encariñé con ella, debo admitirlo, era tan complicada, tan nerviosa, tan llena de problemas. Resulta que era artista y pintaba día y noche cuadros horribles, un fracaso. Se psicoanalizaba más de lo que cualquier bolsillo podría soportar y el resto de su sueldo de secretaria lo gastaba en cigarrillos y pastillas para dormir, pero como era una versión argenta de un personaje almodovariano tomaba mate día y noche, no comía.
Una vez sucedió que se pasó de la dosis de somníferos, pero curiosamente esa no fue la vez que murió, miraba una película muy aburrida en la tele, ﴾cable no tenía porque se lo habían cortado﴿. Tomaba mate amargo. A eso de las seis recibió una llamada y se puso relativamente contenta, empezó a pintar otro abominable cuadro, al terminarlo lo rompió como hacía con todos y recibió otra llamada, esta vez, por su cara pude adivinar que no fue tan buena como la anterior, ahí fue cuando se bajó el frasco de Aboludol Marca Registrada y se acostó escuchando La vie en rose de Edith Piaf. La encontré desmayada en el sillón viejo y a tiempo para salvarla. Pero su amor de toda la vida la dejaba, se iba a vivir a Inglaterra y ella no estaba invitada. Decidí que aumentaría sus sesiones psicoanalíticas e incluso agregaría psiquiátricas porque ya era hora. Pero en el rato que la dejé se mató intentando abrir un frasco de mermelada que la vecina le había regalado cuando la visitó para preguntarle cómo estaba. Pobrecita, se cortó las venas, es que no estaba acostumbrada a la comida. Ni a abrir frascos con esas uñas. Mucho menos a las visitas. Qué se le va a hacer, ese fue el fin de Susy. La lloré un tiempo, es verdad, no pude creer que ya no existiera, no pude revivirla y para qué hacerlo si su amor se había ido. Era mejor así.
Los siguientes fueron los mellizos Renon, creo que no me caían nada bien, tenían la mala costumbre de creerse independientes de mi por el sólo hecho de ser dos. Creyeron que podían superar el poder del creador, pero en su rebeldía me daban risa, por inocentes.
Resulta ser que habían compartido mucho tiempo en su corta vida, habían nacido teniendo veinte años y los problemas de esa edad, todo junto. La piedra de la discordia fue Nancy, una enfermera pobre y hermosa de dieciocho años que mantenía a su madre enferma y vivía en una casita humilde en las afueras de alguna ciudad, ﴾no tuve ganas de inventar de cuál﴿. A Nancy la conocieron un día en que los trasladaron al hospital por una espina de pescado atragantada, ﴾lo que le pasaba a uno le pasaba indefectiblemente al otro﴿, por supuesto los atendió Nancy y por supuesto se enamoraron perdidamente de ella. En el tiempo que duraron sus peleas, a mi se me murieron de tristeza tres novelas completas y debo aclarar que la culpa era pura y exclusivamente de ellos, no daban aire, no dejaban respirar a ninguna creación literaria, querían todo para ellos dos, eran insoportables, querían ser el centro del mundo. Nancy era muy bonita e inteligente, les dio esperanzas a ambos salpicándolos con su mirada violeta y enredándolos con su cabello castaño sedoso envuelto en la cofia blanca con cruz roja. Los mellizos me instaron entonces a que me decidiera, Nancy era algo que no podían compartir. Yo les dije que por qué, si ya estaban acostumbrados al fin de cuentas, pero no sirvió, amenazaron con matarla y eso si que era malo porque Nancy era una de mis mejores creaciones. –Si no es de uno sólo no es de ninguno- me aclaraban. Pero mi pluma era indecisa y yo sabía bien que Nancy no era tan vulnerable como Susy, sabía defenderse muy bien. Un día ocurrió lo inevitable. Los mellizos se mataron uno al otro obviamente y los encontré sin vida en medio de un sangriento charco de tinta, desastre total aquella visión, nunca me habían caído bien pero aquello era el colmo pobrecitos, mis bebes estaban totalmente muertos, y si, ahí comprendí que eran mis bebes después de todo.
Un renglón más abajo Nancy seguía lo más bien, viva y saludable. De esa novela no quedó ni su madre enferma, pero la pícara había sobrevivido contra todo pronóstico y me sonreía descaradamente. Cosas de la literatura, pensé, después de todo era bueno que ella siguiera allí, era también una buena creación. Creía yo.
Sandy apareció en silencio en una página inesperada y se quedó por un tiempo, nunca hizo demasiado ruido y no pensé que fuera a morirse, casi no se notaba que estaba viva, nadie la maltrataba, nadie la odiaba, nadie le hablaba, lo único que hacía era coser y bordar, ni se quejaba de su vida miserable y pensé que allí se iba a quedar para siempre tan sinsentido, sin entender nada. Pero el destino literario tenía otros planes para ella. El día en que no la encontré más pregunté por ella y otro personaje me contestó que ya no estaba. –Se evaporó-. Así como así en el aire, pero estoy segura de que ella lo decidió. A veces me pregunto si de verdad existió, si de verdad había yo creado otro personaje o era sólo producto de una excusa para no trabajar ¡Es que estaba tan cansada ese día!
El último de la seguidilla fue sin duda el más doloroso, y ahora veremos el por qué. Puse tanto empeño en crearlo, en armarlo, en conocerlo, en darle forma y vida que sin querer lo hice independiente. Ricardo era un seductor, tenía un impecable estilo humpreybogartiano y no había personaje femenino que se le resistiera. Era recio, inteligente y jugaba muy bien al ajedrez. Yo lo observaba cuidadosamente cada línea, cada hoja, cada día. Delineé sus facciones y dibuje sus colores en papel, pensaba en él día y noche, quería que fuera perfecto, y de veras que creo que lo conseguí. No era dueño de un café como Rick´s en Casablanca pero pasaba sus tardes en una tanguería y bailaba muy bien, yo lo inventaba para observarlo, lo escribía para que existiera una línea más, lo quería siempre presente, se robaba las páginas, se comía la novela, de personaje secundario se había transformado en estrella.
De pronto comprendí lo irremediable; me había enamorado de él. Esto era, sin duda, un inconveniente porque el no existía más que cuando yo quería. ¡Dios! Encontré al hombre perfecto, el que soñé toda mi vida, pero no existe… Curiosamente empecé a tener comportamientos de tonta embobada, me ponía colorada cuando él aparecía en algún capitulo, me ponía nerviosa al leerlo, admiraba todo lo que él decía y la manera en la que procedía. Hasta que decidí que todo el asunto era simplemente ridículo además de cuasi narcisista, cerré la novela y me fui a hacer otra cosa. Creo que pasé una semana lustrando una colección de elefantes de cerámica por las tardes para no escribir. La novela a medio terminar quedó olvidada en un cajón. Pero a Rick lo extrañaba, sinceramente.
Tiempo después, meses digamos, encontré la novela y me sonreí recordando el estúpido suceso, decidí retomarla y enviarla a un concurso, podría poner a Nancy también, pensé mientras releía. Uno se acostumbra verdaderamente a cualquier cosa, pensé para mis adentros. Y esta era una reflexión que me acompañaba desde lejos y hacia tiempo. Para mi sorpresa Nancy ya estaba en esas páginas, me recibió llorando lágrimas de cocodrilo. Había estado saliendo con Rick por un tiempo hasta que el…
¡¿Que le pasó?! Dije angustiada porque ya había notado su ausencia en esas páginas.
-Se mató.
Fue de una manera demasiado cruel según me enteré: se clavó una lapicera en el corazón. -Era un tipo complicado- me dijo Nancy con su mirada violeta más violeta y sarcástica que nunca -y además no tenía esperanzas, vos nos abandonaste de un día para el otro y el
– El, ¿qué?
– El estaba tan enamorado de vos…
Yo lloré, obviamente, mucho. No todos los días muere el único hombre al que se ha amado, pero como creo haber dicho antes, uno se acostumbra a cualquier cosa.
Chan, me limaste la cabeza nena!!! De verdad que sí.
Los personajes cobran vida propia. Mis personajes se suicidan siempre… creo que no son capaces de enfrentar el tema de que la historia va a terminar y ellos van a teenr que seguir viviendo sin mi ayuda, entonces deciden quitarse la vida para no enfrentarse al peso de ser sin su creador. O algo así.
¿Vos cómo andás?
BeSoTeS.
Hola, Helen!
Es asi totalmente, hacemos unos personajes debiluchos…
Espero que te haya limado la cabeza pero para bien por lo menos!
Yo ando bien y vos?
Besos!
Ambi, mis condolencias…tu hombre de tinta con una lapicera en el corazòn…los mellizos que lo quieren todo(sabès que soy mellizo con una mujer), “la”Nancy…las caretas en el intermedio. Sos muy prolija en tus cosas, escribìs conlinda caligrafìa ( ya sè que es de la compu…) y hace unos dìas que sigo este cuento, pero nunca terminaba de leerlo. Te querìa decir que a mì me pasa lo mismo con las notas. Empiezo a tocar y por ahì voy al baño y ya se me olvidò la posiciòn (con las notas, no con el baño…). Duran sòlo las que quieren vivir, las que se “notan” màs. Las demàs sirven sòlo para llevarlas hacia uno, como tus personajes se muern en el tiempo de un cafè, dejàndote un Rick para amar.
Lo olvidaràs con papel secante, tal vez.
Te mando un abrazo en el tintero.
Nick Tinterick
Debo decir que apenas entré a su blog me pareció excesivo el largo del texto. Pero me fue atrapando con su vivencia de escritora. Es como cuadros dentro de cuadros. Lo suyo es un cuento.
Soy periodista de redacción, y aunque manejo las herramientas, la veta literaria nunca se me asomó. Alguna vez quizá, pero nunca me terminan de convencer ni las historias, ni las tramas, ni los personajes. Todos, absolutamente todos mueren de forma espontánea.
Mi sentido pésame.
Nick:
Gracias por las condolencias, fue de verdad un duro trance por el cual atravesar ;﴿
Eso de tener un mellizo tiene que ser algo muy dominante sobre la vida de uno, más debe de ser, supongo, si es de tu mismo sexo.
Trato de ser prolija, que bueno que al parecer lo logre en cierta medida jeje. Mis condolencias también por tus notas que deciden irse a mejor vida, pero he tenido oportunidad de escuchar las que se “notan” y debo decir que por algo se quedan.
Será cuestión de probar con papel secante entonces…
Un gran abrazo.
Lolo:
Hola, bienvenido! 🙂
Ese era un poco el desafío de colgar un texto tan largo, ver cuanta gente lo leía. Se que el mundo blogger es un poco contra para estos experimentos pero bueh, me doy por satisfecha con los comentarios llenos de sentido que me encontré hasta ahora.
Gracias por el pésame ;﴿ Ya pasaré a leer tu blog detenidamente.
Saludos y espero verte por acá de nuevo.
¡Ambi! Lo reconozco, no lo leí, pero prometo volver para hacerlo.
En general, no acostumbro a comentar sin saber de qué trata el post, pero como mi intención era otra, decidí darme el permiso de hacerlo.
Vine a comunicarle que hay una parte del mundo blogger que la extraña y mucho… con esto no pretendo reprocharle nada (yo desaparecí sin aviso una vez y después me aceptaron nuevamente), sólo decirle que la esperamos, cuando quiera, por aquellos lugares que supieron ser casi un círculo selecto en épocas no tan pasadas.
Mis saludos, y los deseos de que todo ande bien por ahí.
Un beso grande 🙂
Flor:
ante todo buenos dias y gracias por dejar tu saludo 🙂
Yo sigo pasando y leyendo todos los blogs que solia leer (los que tienen manera de rastrearlo lo podran ver tal vez), pero comento cuando verdaderamente tengo algo para aportar.
Mi intencion no es que “me acepten” y caretearla para tener muchos comments (ojo, no lo digo por nadie en particular), sino estar aca para que me lean los que tengan ganas de hacerlo y leer a los que yo quiera leer.
Por esa misma razon no necesito que me prometas que vas a leer lo que escribi, no hay obligacion de compra.
No se me extrañe tanto que sigo por aca, y el que quiera leerme lo puede hacer.
Besos!
Te cuento que me atrapaste, juro que no suelo leer posts así de larguitos, pero you caught my attention.
Estoy muy de acuerdo con vos. Lamentablemente, o afortunadamente, uno reacciona de esa manera, haciendo de lo inusual algo cotidiano, resignándose a que el nuevo estado es lo que te toca, aceptándolo sea malo o lo bueno.
Eso de la costumbre me molesta, pero a veces es tan grato acostumbrarse! Cuando estás bien y te golpean acostumbrarse a no ser la misma es divino, de hecho en mí actúa a modo de Válium.
Te mando mis saludos, soy una ex coneja renovada. 😉
Besos
Hola Ambi. Pasè para decirte que , respecto a lo largo de lo que uno publica, yo detesto pasr a las corridas por los blogs. Creo que ir de corrida por la vida le saca importancia a todo lo que uno hace.
Pensè tambièn que el tìtulo del post podìa ser : “de sesos”, lo cual encajarìa en un deceso de seso.
¿ Deseè eso?
Acordate: cuando escribas, nunca pienses en lo largo o en lo corto. Decì lo que tenès que decir. Si te fijàs, en mi blog puse de nuevo el llanero solitario, y es una canciòn que dura 16 minutos!!!!! casi un disco! Pero aunque le saquè muchas estrofas, quedò larga.
Bueno, la corto porque si no la hago laaaaargaaaa..
Mañana voy a recitar una poesìa en italiano dedicada a mi calle, en una muestra fotogràfica dedicada al “sampietrino”, es decir, al adoquìn….
Te mando un abrazo bien largo.
Chau
Nick
Blindy:
(si se me permite el apodo ;)) Me pone super contenta verte por aca, tu identidad pasada no sera referida :), pero de todos modos es copado que sigas escribiendo, asi que sos muy bienvenida.
Me alegro de que te hayas enganchado con lo que escribi aca a pesar del largo. Y es cierto, lo digo y lo sostengo, uno se acostumbra, a fuerza de lo que sea. Tenes suerte de ahorrarte el valium jaja.
Besotes 🙂
Nick:
gracias por tus continuos aportes que, sin duda, tendre en cuenta 🙂 Ahora en cuanto pueda me paso a escuchar el llanero.
Saludotes!!
bueno k puedo decirte!!! ya te lo dije todo me encanta como escribis , porque de verdad que te come la cabeza!!! y tenes tal poder de descripcion que parece que los personajes cobran vida…..nno tengas verguenza y hace algo con todo esdto que te va a a ir muy bien!!!!!!1 besos desde chivilcoy !!!! jajaja
Car:
muchas gracias!! Me voy a poner colorada (como ya dije) :p
Abrazos!!
Te dejé un regalito en equilibrista del tedio 😛
Saludos